miércoles, 10 de abril de 2013

Biblioteca y Hemeroteca de Barinas José Esteban Ruiz-Guevara



Biblioteca y Hemeroteca de Barinas
José Esteban Ruiz-Guevara




El Consejo directivo del recién derogado Instituto Autónomo Municipal del Patrimonio y Acervo Cultural (IAMPAC), creo oficialmente el 23 de abril de 2006, esta institución cultural, dando repuesta a su misión de resguardar, proteger, conservar y divulgar la memoria histórica, bibliográfica y documental del municipio Barinas.
El 1 de julio de 2006, abrió sus puertas la Biblioteca y Hemeroteca de Barinas, fue un espacio de consulta especializada sobre la historia y la literatura barinesa con el nombre de José Esteban Ruiz Guevara, en una casa colonial, situada en la calle Bolívar  entre Av. Páez y Briceño Méndez, de corredores, jardines y patio interior que evoca la bondad de un pasado, herencia de un ayer para ofrendar la lejanía de un tiempo, con paredes de tierra pisada, adobes de barro, con una existencia de más de ciento treinta años, habitada inicialmente por la familia Cuenza y adquirida más tarde por la familia López Guédez, a nombre de la Sra. Elvira Teresa Guédez de López, casa llena de recuerdos, ubicada en el centro histórico de Barinas.
La Biblioteca y Hemeroteca de Barinas “José Esteban Ruiz Guevara” vino a cubrir la necesidad de un lugar para el conocimiento, difusión y disfrute del acervo cultural barinés; en sus estantes se encontraban libros de cronistas, poetas e historiadores regionales que a decir del poeta Humberto Morillo,  -esperaban con ansiedad al ávido lector de ese pasado que se le fue, ese ayer de casas de palmas, calles empedradas, de personajes populares que vivieron a plenitud el canto del río Santo Domingo las quebradas y acequias que bañaban la Barinas de José Esteban Ruiz-Guevara, su biblioteca y hemeroteca forma parte del patrimonio y de la barinidad narrada en libros, periódicos, revistas de ayer y de siempre.
La Biblioteca y Hemeroteca de Barinas José Esteban Ruiz Guevara abrió sus puertas para encontrarnos con libros, periódicos y revistas y compartir con el mayor orgullo con la juventud barinesa, hombres, mujeres, docentes e intelectuales que aman los pueblos, costumbres y tradiciones.
El nombre de José Esteban Ruiz Guevara, se le otorgó a la institución por ser este, un eminente barinés de la cultura regional y nacional, reconocido historiador,  poeta, periodista, arqueólogo, escritor y gran humanista.  Su nombre seguirá perdurando en el tiempo, porque su obra no la puede borrar el olvido.
 Al hablar de Ruiz Guevara, se está mencionando a un digno hombre que supo llevar con hidalguía sus infortunios, producto de su irreductible lealtad a su credo, por el cual llevo cárcel, destierro y estrecheces económicas junto a su familia. En ese trajinar de cárceles y destierros donde se confundieron dictaduras militares y “democracias” representativas. José Esteban se cultivó intelectualmente y produjo una riquísima obra, que es obligada consulta de quienes quieran saber de nuestro pasado histórico.
Parafraseando a mi amigo Humberto Morillo, podemos decir que nuestro recordado José Esteban, fue un hombre que cultivó con vocación  el arte de escribir, narrar, hacer crónica e historia regional. Fue andariego, caminó las sendas del llano y la montaña, sembró la semilla de un humanismo puro y cantó el himno para vestir con honor y justicia la vivencia de los pueblos.
Se cierra una biblioteca, se desvanece un sueño; pero no podrán arrancar nunca la semilla sembrada en muchos de nosotros por ese gran quijote, ese gran maestro y escudriñador de legajos de la Barinas de todos los tiempos. Ese gran cronista que fue Ruiz-Guevara. Indudablemente. 







ENCUENTRO EN MEMORIA DE JOSÈ LEÒN TAPIA



ENCUENTRO EN MEMORIA DE
JOSÈ LEÒN TAPIA

Palabras pronunciadas en el III Encuentro Nacional de la Cultura Llanera José León Tapia, realizado los días 16 y 17 de junio de 2011, en la ciudad de San Juan de los Morros, estado Guárico.




Con orgullo barinés y con el recuerdo y la memoria del maestro José León Tapia, asumo este sublime compromiso de hilvanar estas sencillas y sinceras palabras cargadas de afecto, en nombre de sus familiares, paisanos y amigos y valiéndome de la concesión afectiva que ustedes me brindan me desgarro el alma para expresar abierta y llanamente; como lo diría el mismo José León, estamos entre amigos y aquí no venimos a dar discursos académicos, sino a llevar la palabra de afecto y amistad, en un reencuentro de fraternidad y cordialidad llanera, en memoria del amigo fraterno, conversador y memorialista del llano, el maestro José León Tapia.
Que en esta su tercera edición se realiza en merecido homenaje a  los historiadores Antonio Armas Chitty y Federico Brito Figueroa, gracias a la iniciativa de mi amigo, hermano y tocayo Alberto Díaz, quien ha contado con el valioso apoyo de la Gobernación del estado Guárico, a través de la Fundación para el Desarrollo de la Cultura Guariqueña (Fundaculgua) y la Universidad Rómulo Gallegos, hago mención especial en su vicerrectora académica, la doctora Arisela Medina, a quien me une un manojo de afectos que florecen como espinito sabanero en el largo y ancho lienzo de la llanura.
Esta  experiencia que para unos comienza hoy, servirá para prepararnos y asumir el compromiso del XII Simposio Internacional de Historia de los Llanos Colombo-venezolano que se realizará en estas tierras guariqueñas el próximo año.
Ahora, estamos acá custodiados por los morros para enaltecer la memoria del epónimo de este encuentro de la cultura llanera y por consiguiente exaltar las bondades de esa cultura, para muchos indescriptible.
He venido sin pretensiones de alardear de orador, sólo pretendo que mi voz sea eco del sentimiento de muchos de los afectos que por siempre animaron y sembraron en José León, una estela de emociones solidarias que perduraran por siempre en el tiempo indetenible y por la amistad común que nos une, no dudo en sentirme con el derecho de ser el albacea de su palabra. 
A propósito encontré un artículo publicado en la prensa, en enero de 2006, de mi buen amigo Miguel Azpurúa, que encaja en momento oportuno, cuando vengo con el morral cargado de nostalgias y recuerdos, a estas llanuras guariqueñas a las que José León, dedicó su última novela, publicada post-morten; sobre el legendario llanero, oriundo de Guardatinajas, Domingo López Matute, Muerte al amanecer , y como algunos esperan que les de un semblanza de ese médico y memorialista barinés, quien consagró su vida a su tierra barinesa.
Cito un fragmento del aludido artículo:
¿Quién es José León Tapia? Algunos se preguntarán –deben ser muy pocos afortunadamente-, es por ello que en este pequeño artículo intentaremos esbozar varios rasgos de su abnegada e inquieta existencia. José León Tapia cumplirá el próximo mes de febrero 78 años, nacido en  Barinas –la ciudad de las casas blancas-, hijo de Luis Alfonso Tapia Encinoso y de doña Carmen Contreras Gutiérrez. Se formó didácticamente en la escuela “Carlos Soublette” de su ciudad natal, continuando en el Colegio “La Salle” de Barquisimeto hasta obtener su grado de bachiller en el liceo “Lisandro Alvarado” de la capital crepuscular. Poco después inicia su carrera de Medicina en la Universidad Central de Venezuela, recibiendo su título de Médico Cirujano en 1952. Regresando casi inmediatamente –del brazo de su juvenil esposa– a Barinas, para ejercer su digna profesión, a la que ha dedicado más de medio siglo de su existencia, combatiendo la mediocridad, el conformismo y el “rastacuerismo”.
Como dije al inicio, nos encontramos entre la fraternidad y el afecto de una amistad concebida de principios y valores nobles, que gusto me da leer esta misiva de mi fraternal amigo y maestro Adolfo Rodríguez, cuando el 19 de diciembre de 2007, me escribió:
Apreciado Alberto:
Sin reponerme aún de la  inesperada  partida de  José León.  Escribí esta nota para El Nacional, que no ha salido aún.  Te autorizo para divulgarla, si lo consideras. Saludos a los tuyos y feliz navidad.”
Adolfo Rodríguez
Y la nota en referencia, como ven, con la anuencia de su autor, la traigo para refrescar esas vivencias compartidas en tierras colombianas, titulada acertadamente:
PATRIA PARA JOSÉ LEÓN
Dice la nota:
“Tal vez porque patria es casi el anagrama de su apellido, fue que usamos ese término para el pronunciamiento final del último Encuentro Colombo-Venezolano de Escritores Llaneros realizado en Arauca. Acuerdo que deriva  de su vibrante discurso, la mañana del 27 de noviembre, rememorando J. L. Tapia, una exitosa travesía escrituraria, la motivación central de su próxima saga de llanerías así como andanzas por  suelos araucanos tras tantas pistas de una fascinación desfallecida casi en Venezuela y rozagante en aquellos llanos.  Sensación de destierro, que nos hizo titular “Patria Para Los Llaneros”, ese manifiesto, suscrito por él, gente de Arauca, Casanare, el Meta, Barinas, Apure, Portuguesa y Guárico,  con el buen deseo de procurarle alivio a su reiterada nostalgia y la de cuantos,   recalamos, periódicamente, hasta unas fronteras,  donde amagan aún señales de una utopía étnica que parece cada día más lejos que más nunca”. 
Otro común y dilecto amigo, quien con hermandad llanera, profesa su amistad y nos enorgullece su palabra de afecto, el doctor Edgar Colmenares del Valle, apureño de cepa, quien el día jueves 27 de diciembre de 2007, me responde la misiva donde le manifesté, que con la fuerza y la fe de seguir en la lucha por los ideales sembrados por ese hombre que fue Barinas toda. Ahora con mayor ahínco haremos de este simposio un reencuentro con su palabra, con su obra y con el llano total que nos hermana.” Y  nuestro compromiso de poner en alto el nombre de la llaneridad con la organización del X Simposio Internacional de Historia de los Llanos Colombo-venezolano y el I Encuentro de la Cultura Llanera José León Tapia.


Como buen apureño y trillador de estos mismos caminos no vaciló en responderme:
“Perfecto, amigo mío. Cuenta con todo el apoyo que, individual e institucionalmente, pueda darte a través de las Cátedras que dirijo en La Casa de Bello. Sin duda, Luis Alberto se sumará a este propósito. Es la mejor forma de recordar a José León y de difundir su obra. La vida, por supuesto, no siempre nos sale como queremos que sea. Adelante y ahí, mediante Dios, estaremos. Aprovecho este momento en que te respondo, para enviarte mi más cordial salutación de Año Nuevo. Espero que podamos seguir adelante en los objetivos comunes que tenemos y que, sin duda, nos ayudarán a fortalecer este hermoso país. Un fuerte abrazo y, desde ya, un Feliz Año para ti, para tu esposa y todos tus seres queridos…Un abrazo y FELIZ AÑO 2008.
Edgar.
También, uno de los más estudiosos de la obra y vida de José León, el apreciado, culto y ponderado profesor universitario Julio Rafael Silva Sánchez, cojedeño y de cercano parentesco con doña Carmen Dolores González, viuda de Tapia. El 28 de diciembre de 2007, me escribió:
“Estimado Profesor Pérez Larrarte

Reciba un saludo cordial y solidario, y mis buenos augurios en el desempeño de sus delicadas labores creativas y profesionales. Hago extensivo a usted y su familia mis deseos de que estas Navidades sean de absoluta dicha, armonía, paz y felicidad y que el año 2008 les depare ventura y prosperidad. Con el alma llena de congoja, sin recuperarme todavía de la infausta partida de José León, acuso recibo de su comunicación referida al X Simposio Internacional de Historia de Los Llanos Colombo-Venezolanos, a realizarse en esa ciudad en el mes de julio de 2008. Debo decirle que le agradezco infinitamente la invitación, y que puede-desde ya-contar con mi activa participación. Comparto con usted la sorpresa y la tristeza por el deceso de este poeta que, más que narrador de la historia viva de Barinas, del llano y del país, fue el protagonista por excelencia y el testigo de excepción de vidas, costumbres, vivencias y agonías de esa tierra llanera, en la cual supo encontrar el caldo de cultivo para sus hermosas e inolvidables obras, inspiración y legado que nos llega desde su corazón, amplio y bondadoso, como la tierra misma. Por razones de trabajo, no pude estar en el funeral del poeta, pero el sábado siguiente visité a Carmen Dolores, esa mujer de envergadura vertical y de ternura infinita, compañera de toda la vida de José León, la cual, al lado de Marisol, Carolina, José Leoncito y el recuerdo imborrable de Beatriz Dolores (la hija rebelde, prematuramente fallecida), consternada, sorprendida e inconsolable, supo relatarme algunas de las últimas vivencias de José León. Por cierto que, conversando con Marisol, ésta me decía que ahora se hace más sentido el compromiso de la publicación de mi obra Héroes y villanos, llaneros y llanura en las narraciones de José León Tapia, de la cual -me imagino - habremos hecho algunos adelantos tipográficos. De ser así, me gustaría saber cómo estamos en cuanto a la posible edición de la obra, por lo cual me permito solicitarle respetuosamente información al respecto. En verdad, sería maravilloso que pudiéramos presentar (o bautizar) la obra en el merecido homenaje que habíamos previsto para el cumpleaños número 80 del poeta, a efectuarse en febrero del año 2008, el cual era esperado por él con expectación y con su proverbial humildad. Pienso que ahora más que nunca tal homenaje debería realizarse, pensando también que eran los deseos de José León que se publicase ese libro, al cual él mismo ayudó a corregir y a dar forma.

Con la seguridad de contar con su atención, reiterándole mi consideración y alta estima, desde estas pampas carabobeñas, lo saluda,
Cordial y fraternalmente”,
Julio Rafael Silva Sánchez
Y que honor, así se hizo gracias a la diligente gestión del profesor Edison Pérez Cantor, quien con orgullo asumió el loable compromiso de presidir la comisión organizadora y por ende llevar a feliz termino el único deseo de José León, en la celebración de sus ochenta años, la publicación de la referida obra, por la Universidad de los Llanos Ezequiel Zamora.
En el transcurrir del tiempo y al ver cristalizado ese sueño, el encuentro de la cultura llanera, que se honra en llevar el nombre de José León Tapia, observó en el animo de ustedes y de sus organizadores el fulgor necesario para seguir adelante en la consolidación de este evento que le pertenece a toda la región de los llanos y por consiguiente a los llaneros, quienes nunca doblegamos ante las adversidades, asumiendo el compromiso del tamaño que se nos presente, por ello hoy, sentimos sumo deleite al percibir que esa idea nacida en la vieja Casa pulideña, sede del museo de Barinas Alberto Arvelo Torrealba y concebida por Armando Gonzalez Segovia, Segundo Rojas Garrido, Baudilio Mendoza, Edison Pérez Cantor y este humilde servidor, es ya una llama clamorosa que enciende de amor patrio las llanuras venezolanas.
Y el estado Guárico es el mayor ejemplo en organización de este tipo de eventos, desde ahora nos alistamos para preparar el venidero Simposio de los llanos colombo-venezolano. Al abrir las puertas del llano, para recibir a los hermanos colombianos, digamos como Adolfo: Patria para José León Tapia.
Mientras tanto en este encuentro que lleva su nombre y nos une en una sola región,  preparemos la artillería del pensamiento y vayamos por el país, a pregonar que en  Guárico corazón de Venezuela y donde nació el llanero, el próximo año, será la capital de la llanura.
Con estas palabras que me salen del alma queda instalado este encuentro de hermandad llanera.
Muchas Gracias…       
Alberto Pérez Larrarte
Cronista Oficial del Municipio Barinas






HONOR Y GLORIA A PACO LÒPEZ



HONOR Y GLORIA A PACO LÒPEZ


 
En este momento sentido de la vida, cuando la inerte ocasión llega sin esperarla, arrebatando sueños y acortando tiempos alegres que vendrían, desdibujando sonrisas, dejando en la huida de la vida, un torrente de lágrimas esperanzadoras, una amalgama de afectos, por la amistad que une y hermana en los sueños compartidos.
Murió, Francisco “Paco” López, honor y gloria, por su probada valentía, por su incorruptible vida, por su lealtad a la justicia, a la igualdad y  a sus inquebrantables principios.
Parafraseando al poeta colombiano, Mario Vargas Vila, decimos, tal vez para engañar al dolor; que  la muerte es la más terrible verdad, porque en ella no basta tener  oro, poder y hermosura, siempre es una misma sepultura y una misma eternidad.
La muerte  es esencia segura de la vida, es garantía de evolución, es proceso transformador de generación, es lo más natural en este mundo de Dios, es sentencia pura, divina y poética, diseñada por el creador…
Sus amigos y familiares saben que para Paco, su muerte es su victoria, es la multiplicación de su conciencia, es la regeneración de su pureza infinita, como dicen sus amigos y compañeros de la UBV,  el profesor Francisco “Paco” López, fue “un hombre bueno en el mejor sentido de la palabra bueno.”
Detrás de aquel rostro fruncido, se escondía un humor perenne de alegría y amor, que desbordaba en un río de afectos y caricias de vida, que con sabia tremendura de niño, hacía reír a todos con su chispa ágil, muy natural en su bendita nobleza.
En su vida fue cabal y justo, de recto proceder,  desprendido, un ejemplo digno, orgullo barinés, fue un hombre probo, no sucumbió a sus principios, mantuvo una fortaleza irreductible, con una gran cultura, fue un docente de alta formación académica.
 ¡Que orgullosos¡ han de estar sus hijos,  quienes deben guardar recuerdos, mágicos y afectuosos,  que servirán para mitigar el dolor y la pena  que invade el alma. Repitamos: ¡Honor y gloria¡ a Paco López.
Paco, siempre ofrendó su amistad con justicia y conciencia humana, fue respetuoso de la disidencia ideológica, ajeno a las parafernalias sociales, combativo, fiel a sus convicciones, fue un comunista convencido, de que la inmensidad del hombre, estaba en su espíritu de lucha.
Con sobrada razón, el pasado miércoles 30, cuando sembrábamos su cuerpo en sabanas barinesas,  familiares, amigos y camaradas, cantamos en coro, Oh, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao, soy  comunista,  toda la vida, voy al combate y si me matan , pon en tus manos mi fusil…
 También,  el amigo y paisano Edgardo Ramírez,  dijo, en el cementerio estas emotivas y acertadas palabras para describir  la recia personalidad del comandante Francisco “Paco” López.
En nombre de los barineses, de sus amigos y camaradas, el ex ministro Ramírez, expreso: “A este hombre que tuvo honor, que tuvo fortaleza, que siempre adquirió mucha dignidad, para estar al lado de quienes más lo necesitábamos.
A su familia, a sus amigos,  a sus amigas, a sus camaradas, nos deja hoy el ejemplo, la dignidad, la abundancia de la humildad  de Francisco Paco López, hombre de conciencia y hombre de la vida.
Camarada, aquí esta tu pueblo, tu familia, tu hija, tus hijos, las madres de tus hijos, tus camaradas, los que te apreciamos, sus estudiantes.
¡Hoy vive Paco! y nace espiritualmente, y quedará en cada uno de nosotros su ejemplo, sobre todo su coherencia; porque fue coherente en la vida.
Paco, como dice la canción Oh¡ bella ciao, aquí esta, no nació comunista, se hizo comunista, se construyó como comunista y murió, como comunista.
 Honor y gloria, al camarada Paco López, sembremos su dignidad, su humildad, su coherencia, su condición, su determinación socialista bolivariana”
No dudamos todos en corear: “Honoor y glooriaaa a Paco López….Honoor y glooriaaa a Paco López…. Honoor y glooriaaa a Paco López…”
Alberto Pérez Larrarte
Cronista Oficial del Municipio Barinas




        



Leyendas del llano; LA BOLA DE FUEGO



Leyendas del llano

LA BOLA DE FUEGO
        
Eran las 6:30 de la tarde de un 16 de mayo, mes de espantos y aparecidos, en la finca “San Miguel” propiedad del señor Rito Ramones hombre de envergadura y poco creyente de las cosas que se contaban en toda la llanura inmensa.  Se empezaban a recogerse las gallinas y las aves a sus dormideros. Doña Carmen Ojeda ya se disponía a calentar el guayoyo, para los peones que se preparaban para el trabajo de llano, estaban reunidos en un viejo caney esperando que doña Carmen los llamara a beber el guayoyito recién colado.

            Vengan que el guarapo esta listo. Se dejo escuchar la voz de la doña. Y todos corrieron como alma que lleva el diablo hacia la cocina.  Uno de los peones que saboreaba el guayoyito le pide a doña Carmen que les eche uno de esos cuentos de espantos y aparecidos.

            -Doña Carmen de esos que mientan por aquí. Repuso el hombre como animando a los otros a escucharle los cuentos.

            ñEsta bien les echare uno de esos cuentos. Así comenzó su relato: una vez iba yo con mi mamá hacia el estado Apure, cuando eso, no había carro y la gente viajaba en toros, burros o caballos; había un sitio que lo llamaban “paso del totumo” donde se decía que aparecía “la bola de fuego” nosotros íbamos un poco recelosos pensando en pasar por ese macabro sitio.
                                                                                                      
            Era casi las tres de la mañana cuando pasábamos por el sitio y escuchamos un ruido como si fuera un araguato, en tiempos de agua. Sin esconder el miedo seguimos por la trocha del camino y de repente vimos algo brillante que iluminó todo el paño de sabana. Un frío nos corrió por todo el cuerpo y pelamos las paraparas de ojos como si fueran un par de metras. Inmediatamente comenzamos a rezar a encomendarnos a Dios, cuando se escucha en la inmensidad de la llanura un sonido de cascos de caballos y unos griteríos de jinetes y nos asáramos a rezar más rápido, nombramos a toditos los Santos y enseguida se perdió de vista “la bola de fuego” y volvió el silencio. Como un templo de paz.
-Bueno a dormir, que ya están preparados para el trabajo de llano, que realizaran mañana. Que Dios los bendiga a todos.
                                                                                                 Adolfo Campos
(1er año de C.S)

LA LEYENDA DEL SILBÓN



LA LEYENDA DEL SILBÓN



            Va dedicado con especial cariño a la tierra de Páez, Portuguesa. Nuestra más alta aspiración es que esta producción artística-cultural, hecha con cariño y con esfuerzo, sea como un llamado de voluntad para todos los niños de Venezuela. Para todos ellos el mensaje: “Que aprendan a querer cada vez más a la patria a través de sus escuelas y que nada les detenga en su afán de superarse para hacerla cada día más libre…”
            Canción y letras, dignidad y altruismo, han de ser las sendas por las que se conduzcan los hombres de Portuguesa y Venezuela toda. Un mensaje musical y amistoso de tres pueblos vecinos para hacerse más hermanos: Portuguesa, Barinas, Cojedes; horizontes extendidos por caminos polvorientos, tierra generosa donde la leyenda es copla y donde la copla es sabana. Llano adentro, corazón de patria. Sabanas inmensas y pajonales abiertos, arrieros del verso, baquianos de la conversa…

Así comienza la obra artística-musical, La leyenda del Silbón, escrita y producida por el escritor, poeta y compositor portugueseño Dámaso Delgado.
En conversación entre cronistas, me contó mi colega  Wilfredo Bolívar, cronista de Araure, que El Silbón es una leyenda que surge basada en un hecho real, que andaba en boca popular en la década de los sesenta. El entonces cronista de Guanare, Rafael Roberto Gavidia, entrevista a un anciano, un juglar, un trovador popular por sus cuentos, corríos y leyendas, llamado Rufino El Gallo, quien andaba con un cuatro cantando romances antiguos; copiando la leyenda que luego publicaría en un periódico de Guanare.
Grata y trascendental coincidencia del destino: se anuncia un importante festival folklórico en Caracas. El poeta Dámaso Delgado toma lo que el cronista Gavidia ha escrito en la prensa guanareña, lo amplía y le recrea de manera literaria. A partir de ese momento se hace el disco y es cuando se populariza esta leyenda que le hace merecedor del título patrimonio cultural viviente de portuguesa.
Dicen que mayo es mes de espanto porque sale El Silbón, una figura horripilante que mide más de dos metros de alto. Los que le han visto comentan que es un hombre muy canillúo y se le ven unas grandes uñas en sus manos largas y descarnadas que sostienen una mochila colgada al hombro donde supuestamente carga los huesos de su padre, a quien asesinó para comerle sus "asaduras".
Esta versión sostiene que un día el hijo le dijo a su padre que quería comer vísceras de venado. Su padre para complacerlo se fue de cacería, el muchacho, al ver que transcurría el tiempo y no regresaba, fue a buscarlo y al encontrarlo por el camino y darse cuenta que no traía nada, lo mató, le sacó las vísceras y se las llevó a su madre para que las cocinara.
La madre sospechó lo peor de su diabólico hijo. Cuando tímidamente le preguntó por el padre, este fríamente le reveló que sus asaduras estaban en el caldero. Ante tan abominable tragedia, maldijo a su hijo para toda la vida, su hermano Juan le persiguió con un mandador, (rejo de cuero, típico del llano) y le azuzó el perro “Tudesco”, quien le mordió en la huida; y por si esto fuera poco, el abuelo regó la tapara de ají picante sobre sus heridas
El Silbón, según la leyenda, le sale a los hombres parranderos y los ataca con el saco de huesos y les chupa el ombligo para sacarles el aguardiente para así calmar la pena. A quien le sale le da una fiebre que lo tulle para toda la vida. Para librarse de este espíritu errante ampliamente conocido en el llano, las personas deben lanzar al aire la expresión: ¡Cuje Tudesco!, ¡La tapara de ají! y otras maldiciones que alejen al espanto.
El Silbón o El Sinfín, como lo llaman en el llano colombiano, dicen también que es el silbido de un pájaro del llano, llamado el sinfín.
El poeta Dámaso Delgado termina esta extraordinaria leyenda con estas coplas:

Era un 3 de mayo
como a las seis de la tarde,
fueron grandes tempestades
 y relámpagos en el aire.

No vayas para la fiesta
 te dijeron Juan Hilario
que en tierras de Portuguesa
 va un espanto desandando.

Esto era lo que contaban
del Silbón y la parranda
que una noche se encontraron
 Hilarión y el desandas.

El que vaya de parranda
que se vaya preparando
que si la noche lo agarra
el Silbón lo está esperando.


  



PACO LÒPEZ, EN EL RECUERDO DE PEDRO PABLO LINARES



PACO LÒPEZ, EN EL RECUERDO DE PEDRO PABLO LINARES


 

El pasado 31 de marzo de 2011, en la inauguración del museo de la cultura de los llanos, en esos espacios de tertulias fructíferas que se presentan en estos tipos de actos, que también sirven para el reencuentro de amigos de conversa afectuosa, me encontré con Pedro Pablo Linares.
La razón que me mueve presentar esta crónica, es que  tuve la satisfacción de conversar en amena tertulia con este colega y amigo de los afectos, sobre aspectos muy interesantes de nuestro común amigo Francisco “Paco” López.
Pedro Pablo, es cronista del Tocuyo, estado Lara, por cierto me refirió, que hasta ese día era cronista oficial, porque comenzaba a gozar de su jubilación; pero por el asunto que vamos a tratar, hay que destacar que se desempeña como coordinador nacional para el rescate y dignificación de los combatientes del sesenta.
Cuenta Pedro Pablo Linares, cronista del Tocuyo y rastreador de los nombres y sucesos del sesenta:
“Yo no conocía al comandante Currutaco, sabía de sus acciones y valentía en la lucha armada, tampoco sabía su nombre, no imaginas cuanto me costo dar con su paradero, hasta que un amigo en el exterior me dijo que estaba en Barinas, no vacilé y me vine en su busca, llego a la plaza Bolívar y alguien me dijo, ese señor no lo va poder atender, porque ese está muy ocupado, es el Secretario General de Gobierno, entonces fui a la gobernación, escribí una nota en un papelito y le pedí a un policía que me le hiciera llegar en sus manos, pasaron unos breves minutos cuando venía con el papelito en las manos un hombre retaquito, era nada más y nada menos que el comandante Currutaco”
“Paco, en Valencia en su época de estudiante se destaco como uno de los principales dirigentes estudiantiles”.       
Francisco “Paco” López, cuenta en su hoja de vida, ser junto con el bachiller José Miguel Rodríguez Flores, otro más de los fundadores de la guerrilla de los llanos, en la zona de Dolores, municipio Pedro Manuel Rojas Mercado, del estado Barinas.
“Allí compartió vida con una mujer muy valiosa, llamada Olivia Olivo, la comandante Olga, también recordamos a los camaradas Pancho Alegría y Ángel María Castillo.”
“Francisco “Paco” López,  es el único sobreviviente del combate del Garabato, aquel que se produjo entre los insurgentes de los años sesenta y el ejército venezolano, en octubre de 1965, en los Altos mirandinos, parroquia San Pedro, municipio Guaicaipuro en el estado Miranda.
Este combate duro más de 2 horas, el comandante Gurrutaco es el único sobreviviente, por lo que se ve obligado a bajar al pueblo, siendo detenido en El Hatillo por el prefecto, perteneciente a URD, se le sigue juicio militar;; logrando posteriormente ser amnistiado, es así como consigue irse a Checoslovaquia, donde logra graduarse de ingeniero.
Alberto, son muchas las cosas que hacen recordar a este valiente camarada que no se doblegó ante tantas canalladas, fíjate que yo llegue a decirle a uno, que me llamo para mal ponerlo, que dejara quieto a ese hombre, por cuanto su condición revolucionaria estaba más que probada”.
Hay razón al afirmar que más vale un buen amigo, que diez demagogos, adulantes y mediocres del sentimiento y del afecto, por lo que debemos  ignorar a tanto traidor, presumido y charlatán y a todo aquel que se esconde en el estiércol de su vanidad; sólo nos queda realzar la inmensidad espiritual del hombre.

DOS CREADORES DE RAIGAMBRE



DOS CREADORES DE RAIGAMBRE
Me complace presentar a dos sinceros amigos de los afectos, la primera es la poetisa y pintora Maura Schwarzenberg, quien nos entrega un poema inspirado en su viaje reciente a la hermosa ciudad de Buenos Aires, Argentina y el otro el siempre consecuente Héctor Méndez Zamudia, poeta y pintor sabaneteño, quien nos entrega un poema y una de sus obras pictóricas que destellan su talento de gran artista. (APL)


Maura y Héctor
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Alberto y María Inés
Feliz día, siempre con ustedes en estos días intensos llenos de luces y dando gracias a Dios, por la dicha que vivo al compartir con mi familia, éstas galerías con artistas venezolanos como Cruz Diez, y Alejandro Otero, dignos representantes del arte contemporáneo. A su vez, tuve el privilegio de conocer obras originales de Fridda Kallo, y los muralistas que lucharon por la revolución mexicana: David Alfaro Siqueiros y Clemente Orozco. La visita al teatro Colón, impactó la barrera de mis emociones y sentí, que lo disfrutaban a través de mi ser, se quedan cortas mis palabras. Estoy feliz, los amo. Maura.
    


                    
PALERMO

                 Estoy en Gûemes
                 en el café Sono 2 Due (somos dos).

                 El tiempo desanda su ruta
                 en la parada de la primavera austral
                 a los primeros días de diciembre
                 en Buenos Aires
                 y juega con el temperamento de los turistas
                 que llegan de todos los lugares.

                 En las calles del barrio, apostados están
                 los árboles de plátano y los sauces
                 que lloran por las noches mientras guardan
                 el sueño de la ciudad.
                 Los lapachos, con sus flores rosadas
                 y los lilas en los brazos abiertos
                 de grandes gacarandáes
                 nos reciben y nos muestran la metrópolis.

                 Sopla fuerte y fría la brisa
                 vestigios de una tormenta.
                 La pashmina blanca de gráficos azules
                 traída de la India, arropa mi cuello sensible
                 y se entrelaza a la ruana
                 que viajara desde los Andes venezolanos.
                
                  La gente transita sin parar
                  unos en auto y otros caminan.
                  Los niños tomados de la mano de sus madres
                  vienen del colegio, con sus mochilas cargadas
                  con olor a golosinas.

                  El sol tenue, anuncia el cierre de la tarde.
                  La bebida caliente me resguarda
                  y remito al calor del llano.

                  Los faroles de la Maíe (Pizzería)
                  se encienden con una canción
                  de la radio en la voz de Gardel.

Maura Schwarzenberg


MI POESÍA
Héctor Méndez
La sublimidad de su resplandor
casi cegó mis ojos, mientras descendía hacia mí
como una diosa magnifica, bella y transparente.
Pude palpar su alma, su piel, su sexo y su sentir.
Me sedujo con su profunda mirada
me acarició con ese dulce misterio que procede del cielo
me besó infinitamente, o mejor dicho, nos besamos…
La hice mía, eso creí, cuando el candente beso se hizo tierno…
Desde entonces va y viene, como un péndulo impredecible
a veces en mis noches me atormenta deliciosamente con sus besos
otras veces me deja en la espera con mi angustia indecible.
Me llevó años entender que nunca sería solamente mía
que era como la brisa, de todos, de ustedes, de nosotros… de ellos…
por eso dejo abiertas mis ventanas, para que entre y salga mi poesía…
Cuando le venga en gana!!!







ALTAMIRA DE CÀCERES, EXISTE Y EXISTIRA POR SIEMPRE



ALTAMIRA DE CÀCERES, EXISTE Y EXISTIRA POR SIEMPRE





“Mis palabras no van a ser polémicas, porque no pueden serlo, pero sí quiero formular mi opinión sobre el nacimiento de la ciudad.  Sin restarle méritos a la tesis de mi querido y admirado Virgilio Tosta, de que Barinas fue fundada el 25 de mayo de 1577, yo comparto el criterio de de don César Acosta, de don Simón Jiménez, de don Fidel Betancourt, entre otros, de que Barinas no ha sido una “Ciudad Viajera”; y yo diría, parodiando esa afortunada definición del mismo Tosta: “Barinas, la de la gente viajera”.
            Porque allá están Altamira de Cáceres fundada por Juan Andrés Varela y Nueva Trujillo de Varinas, (hoy Barinitas), fundada por Juan Pacheco Maldonado y aquí está Barinas, simplemente Barinas, con B grande, como grande es su espíritu y grande su consagración a las mejores causas que han determinado la historia nacional: la Independencia y la Federación”.
            Estos dos primeros párrafos que anteceden en esta crónica,  pertenecen al discurso de orden pronunciado en sesión solemne del Concejo Municipal de Barinas, el 25 de mayo de 1972, por el ilustre bariniteño Adolfo Blonval López; en oportuno momento lo entrego a los lectores cuando se origina una estéril polémica, por la manera planteada, a propósito de un articulo del poeta Guillermo Jiménez Leal, publicado el pasado 30 de octubre, en el Diario Defrente.
            En la referida publicación señala Jiménez Leal una serie de interrogantes sobre la referencia histórica y estética del nombre Altamira de Cáceres, donde llega hasta preguntarse cosas, tales,  como: ¿Dónde esta entonces Altamira de Cáceres, si no la encontramos ni en leyes, documentos ni en la tradición oral?
            Altamira de Cáceres está allí, en ese hermoso paraje montañoso y floreado de encanto y ensoñación, su nombre es canto y poesía, sus calles, sus casas y su gente son un refugió sublime de descanso y recreación para aquel que anda en busca de un alivio para el alma y de una dosis terapéutica para su espíritu. Bien, lo dice Giondelys Montilla, en su libro: La casa de mis abuelos: “Altamira es un suspiro de montañas, calles blancas y largas que bajan como ríos de silencio, bañando los pies de piedra y barro de las viejas casonas”. Allí está Altamira de Cáceres, con sus casas viejas, altas y de paredes anchas que guardan recuerdos, con sus calles empinadas, cubiertas de clima fresco que invitan al paseo y con la hospitalidad sincera de sus pobladores que ofrecen aposentarse en un hermoso lugar, histórico, turístico y cultural.
Altamira de Cáceres, basado su nombre y su vigencia en hechos y documentos históricos probables e irrefutables y más aún a realidades geográficas que reafirman su permanencia en la memoria colectiva nacional.
Su origen no tiene discusión, Altamira de Cáceres, fue fundada el 30 de junio de 1577, por el capitán español, teniente gobernador don Juan Andrés Varela. Como consta en el acta de su fundación, localizada en el archivo general de Indias, en Sevilla, España, por la doctora Mercedes Ruiz Tirado.
En el referido documento podemos leer:  “Caballeros, seanme vuestras mercedes testigos como yo, en nombre de su majestad del Rey don Phelipe,  Nuestro Señor, y del señor Gouernador Francisco de Cáceres...
En su nombre, tomo posesión  actual y corporal Belcasi desta tierra... y fundo y pueblo para agora y para siempre jamás, un pueblo a quien nombro e yntitulo la ciudad de Altamira de Cáceres, por si alguna persona ay que me lo contradiga o defienda, salga en campo aquí conmigo, que en nombre del Rey don Phelipe, Nuestro Señor, se lo defenderè”…
¿Cómo negar entonces la existencia de Altamira de Cáceres?.
¿No consideran ustedes que es un error histórico señalar que el capitán español Juan Andrés Varela, es también el fundador de la ciudad de Barinas?
Creo que esta polémica sobre la fundación de Altamira de Cáceres, es caduca y estéril, creo que los organismos oficiales deben honrar al gentilicio altamireño, enmendando ese error histórico.
Ahora bien, que si muchos de sus primeros habitantes emigraron y formaron otras ciudades, aquellos que querían criar el ganado, cultivar la tierra y navegar los ríos, bajaron a la inmensidad de la llanura en busca de la riqueza. Entonces…La culpa la tiene el llano…
Debo manifestar que cuando mi amigo y colega Humberto de Jesús morillo, cronista oficial de Altamira de Cáceres, me manifestó su malestar por el articulo del poeta Jiménez Leal, delante de testigos le réferi que la estatura intelectual de Guillermo le permitía emendar y reconocer cualquier error y que no era un hombre de peleas y rencores y que “Guabina” distinguía y valoraba los afectos. Señalo esto por dos cosas: primero porque me parecen desproporcionadas y fuera de todo debate de altura muchas de las descalificaciones aparecidad en las redes sociales  en contra del poeta Guillermo Jiménez Leal, y segundo no me equivoque en mi apreciación sobre su reacción, ante tan alucinada afirmación al desconocer el nombre de Altamira de Cáceres en la tradición oral de los barineses.
Respondiendo a mi apreciación sobre su temperamento diáfanamente afirmó: “….Lástima también que esa ira desatada contra el poeta sólo exprese agresiones y no aportes a la historia, de la cual nunca he pensado tener la verdad exclusiva; y si alguno de los altamireños me hiciera llegar documentos y argumentos en tal o cual sentido, con mucho gusto los publicaría, rectificando, si fuera necesario o agregando, si así lo requiriera la nueva información. Gracias a Dios mi temperamento y filosofía de vida no aceptan disgustos….”
Creo que acá encaja lo que expresó el doctor  Adolfo Blonval López en el discurso arriba citado: “La voz del poeta no sólo debe ser el registro del hombre, sino que puede ser también uno de los pilares que le ayude a resistir y a prevalecer”.
El dicho popular nos dice que: errar es de humanos y rectificar es de sabios.
 en la tradición oral de los barineses.  

Lástima también que esa ira desatada contra el poeta sólo exprese agresiones y no aportes a la historia, de la cual nunca he pensado tener la verdad exclusiva; y si alguno de los altamireños me hiciera llegar documentos y argumentos en tal o cual sentido, con mucho gusto los publicaría, rectificando, si fuera necesario o agregando, si así lo requiriera la nueva información. Gracias a Dios mi temperamento y filosofía de vida no aceptan disgustos y mál pudiera estar disgustado por esos apóstrofes lanzados hacia este modesto poeta. Esperaré por nuevas informaciones antes de publicar un segundo artículo. Gracias de todos modos.