BARINAS, LA CAPITAL
DEL LLANO
El 19 de abril
de 1810 se inicia el movimiento revolucionario que más tarde determinaría la
separación de Venezuela del dominio español; pocos días después, el 5 de mayo
de ese mismo año, la provincia de Barinas se incorpora al citado movimiento,
patriotas barineses y habitantes de la sultana de los llanos, se reúnen en esta
ciudad con la finalidad de planificar las acciones a seguir en la lucha por la
independencia, encendiendo así las
antorchas de la libertad.
En los albores de la
independencia, la provincia de Barinas era una de las opulentas, ricas y
florecientes provincias de la Capitanía General de Venezuela; ya que esta
ciudad, además de Caracas, era la única donde había caballeros elevados a la
categoría de condes y marqueses. Era tanta la riqueza que existía en la
floreciente ciudad que, no hallando en que emplear su abundante fortuna,
pensaban condecorarse con títulos de nobleza.
Barinas recibe la Guerra de
Independencia con sus llanuras colmadas
de ganado vacuno y caballar, los hatos barineses tenían una producción anual de
cuatro mil novillos. Don Manuel Antonio Pulido, dueño del antiguo hato La Calzada, prometió donar
mil caballos para incorporarlos a la lucha por la independencia, pero antes de
entregarlos quería saber de qué color los querían. Estas aseveraciones pueden
ser leyendas llenas de magia o impregnadas de esa fantasía que desanda por la
sabana barinesa, pero sin duda que Barinas brindó todo el apoyo logístico a la
guerra; sus llanuras eran el mejor escenario para su preparación. Aquí
aseguraron el dinero, comida, ganado,
los mejores hombres y todos los recursos necesarios para emprender tal empresa.
Aquel 5 de mayo, Barinas con todo su esplendor
y belleza, pujante y rica; asume el compromiso de secundar resueltamente el
movimiento revolucionario de Caracas, para luego irradiar como la quinta
estrella en el azul la bandera nacional.
La actitud asumida por los nobles
y leales barineses de 1810 es sencilla de entender: el movimiento emancipador
estaba encabezado por los ricos y
mantuanos de Barinas, los cuales sólo pretendían separarse de España en
busca de la autonomía política y comercial que les permitiera una directa y
mayor participación en el mercado mundial. A estos señores hay que reconocerles
que no vacilaran al dar todo por la libertad de la patria; eran tiempos donde
existía el honor, la dignidad, la palabra empeñada, la solidaridad entre las
familias.
Don Nicolás Antonio Pulido,
cuando se celebraba el cabildo abierto, le manifestó a sus amigos: “¿Qué más quieren ustedes? todo lo tienen
y todo se proponen perderlo, van a perderse y arruinar estos pueblos. Por mi
parte, tendré que seguir la suerte común; y lo peor es que voy a hacerlo con la
íntima convicción de que vamos a un suicidio.”
A don José Ignacio del Pumar, uno
de los hombres más ricos de la comarca, en 1814, cuando ya era un anciano, se
le pidió que rectificara en su propósito de luchar por la libertad de la
patria, y no dudó en mantener su palabra empeñada, entregando su vida; pues muere
emparedado en la cárcel de Guanare.
El
Libertador refiriéndose a los barineses en carta dirigida a Santander, en 1818,
afirma: “El legítimo barinés que dice ser
su amigo, lo es en toda época y en todas las circunstancias; y el que dice ser
enemigo, lo es sin doblegar, pero con nobleza, porque lo hace a cara descubierta. El legítimo barinés tampoco sabe
pedir, pero si sabe dar con generosidad”. Esto confirma la teoría
de que los barineses lo dieron todo por la felicidad de la patria, no
vacilaron en entregar su fortuna y hasta su vida para liberarse del dominio
español. Demostrando que la dignidad está por encima de todas las cosas.
En
los actuales momentos Venezuela vive tiempos de nuevos rumbos y creación de
nuevos paradigmas sustentados en la participación democrática; pero si no somos
consecuentes con el discurso, se originarán agites políticos, sociales y
económicos de tal trascendencia, que nos exigirán actuar con coraje y valentía,
pero con la convicción, dignidad y entereza que caracterizaron a esos hombres y
mujeres que lucharon por liberar nuestra patria de todo dominio extranjero.
Barinas
también fue el principal escenario de la Guerra de la Federación. En
Santa Inés, al sureste de la ciudad, se libró la célebre batalla, una de las
principales acciones de la
Guerra Federal, que resultó con el triunfo de las tropas
federalista al mando del general Ezequiel Zamora el 10 de diciembre de 1859.
Después
del fallecimiento del general Juan Vicente Gómez (1935) y como consecuencia de
las campañas sanitarias, del resurgimiento de la economía agropecuaria, el
hecho de haberse encontrado petróleo en el subsuelo del Estado, así como la
explotación de sus enormes recursos naturales como madera, ganado y fértiles
tierras; la ciudad capital comenzó a progresar con rapidez, siendo actualmente
una de las principales en los llanos venezolanos. El estado Barinas está
considerado el segundo de mayor crecimiento económico del país, con legítimo
derecho a la ciudad se le llama la capital del llano.
Para
cualquier información puede comunicarse a los teléfonos:
0273-4150773-5324984-5334641. Palacio Municipal. Oficina del Cronista.
www.alarrarte@hotmail.com.
Alberto Pérez Larrarte
Cronista Oficial de la Ciudad de Barinas
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