BICENTENARIO DEL 5 DE MAYO
DE 1810.
DÍA DE LA MUNICIPALIDAD.
Hoy, celebramos 200 años del
primer movimiento libertario de la provincia de Barinas, ante el yugo español y
día de la municipalidad, recordamos el compromiso que tenemos ante la historia,
debemos actuar con honestidad, lealtad y trabajo, luchar con ahínco, con visión
de patria, hasta alcanzar la verdadera independencia económica.
Evoquemos a nuestros
paisanos de aquel 5 de mayo de 1810,
cuando un puñado de hombres esperanzados y cargados de sueños libertarios,
llaman a Cabildo, no olvidemos que con el Cabildo, nació la república. Eran
días de agite social, la noticia de lo ocurrido en Caracas no se hizo esperar,
así nació la municipalidad barinesa y que en los albores de este hermoso día debemos
celebrar con orgullo, dignidad y con la fe puesta en que
los Cabildos sigan siendo la voz del pueblo.
El
19 de abril de 1810, se inicia el Movimiento Revolucionario en Caracas,
movimiento que más tarde determinaría la separación de Venezuela del dominio
Español y el 5 de mayo de ese mismo año la Provincia de Barinas se
incorpora al citado Movimiento Revolucionario, los patriotas barineses y
habitantes de la sultana de los llanos se reúnen en esta ciudad con la
finalidad de planificar las acciones a seguir en la lucha por la independencia;
encendiendo así, las antorchas de la libertad.
La Provincia de Barinas fue una de las primeras
que propuso la formación de un Congreso o Ayuntamiento de los pueblos.
El prócer barinés Manuel Palacio
Fajardo en su libro Bosquejo de la Revolución en la América Española
afirma que “Tan pronto como llegó a las
otras Provincias de Venezuela el conocimiento de lo ocurrido en Caracas,
quisieron todas tener también sus Juntas, las que tardaron muy poco en quedar
constituidas... La Junta
de Barinas y de Cumana mandaron sus Diputados a Caracas, aunque no reconociendo
a la Junta Suprema, y
solicitando la convocatoria de un Congreso General”.
Esta afirmación deja claro el papel
preponderante que jugó la
Provincia de Barinas y la actuación sobresaliente de sus
señores diputados.
La provincia de Barinas en los
albores de la independencia, era una de las opulentas, ricas y florecientes provincias
de la Capitanía
General de Venezuela, por cuanto esta ciudad, además de
Caracas era la única que había caballeros elevados a la categoría de condes y
marqueses. Era tanta la riqueza que existía en la floreciente ciudad que, no
hallando en que emplear su abundante fortuna, pensaban condecorarse con títulos
de nobleza.
Barinas recibe la Guerra de Independencia con sus llanuras colmadas de ganado vacuno y
caballar. Los hatos barineses tenían una producción anual de cuatro mil
novillos. Don Manuel Antonio Pulido dueño del antiguo hato “La Calzada”, prometió donar
mil caballos para incorporarlos a la lucha por la independencia, pero antes de
entregarlos quería saber de qué color los querían. Estas aseveraciones, pueden
ser leyendas llenas de magia o impregnadas de esa fantasía que desanda por la
sabana barinesa. Pero si duda que Barinas brindó todo el apoyo logístico para
la guerra; sus llanuras eran el mejor escenario para su preparación; los
barineses contábamos con el dinero, la comida, el ganado, los mejores hombres y
toda la logística necesaria para emprender tal empresa. Aquel 5 de mayo, Barinas con todo su
esplendor y belleza, pujante y rica asume el compromiso de secundar
resueltamente el Movimiento Revolucionario de Caracas para luego irradiar con
la quinta estrella en el azul de nuestra Bandera.
El
5 de mayo de 1810, cuando llega a la ciudad de Barinas la noticia de los
sucesos ocurridos en Caracas el 19 de abril del citado año. El coronel Don
Antonio Moreno, gobernador político de la provincia, convoca al Cabildo a una
reunión que tuvo sus inicios ese mismo día como a las cuatro de la tarde.
Asistiendo a la sala del ayuntamiento
barinés, don Antonio Moreno, don Miguel María del Pumar, Alcalde Ordinario, don
José Ignacio del Pumar, Regidor Alférez Real, don Juan Ignacio Briceño, Regidor
Alcalde Provincial, don Manuel de Bereciartu, Regidor Alguacil Mayor, y el
Doctor Cristóbal Mendoza, Procurador General y Protector de Indios.
Luego de algunas horas de liberar,
los señores del ayuntamiento decidieron convocar a todos los magistrados,
empleados y vecinos de la ciudad, para que en Cabildo abierto, fuesen
informados de los trascendentales sucesos acaecidos en la ciudad de Caracas,
que encendieron la llama del movimiento independentista.
Inmediatamente la sala se vio
concurrida de las más selectas personas de la ciudad, tales como: El coronel don
Miguel de Húngaro, Comandante Militar e Intendente de la Provincia, el doctor
Ignacio Fernández Peña, Vicario y Juez Eclesiástico, el señor Domingo González,
Interventor de Real Hacienda, los sacerdotes José Francisco Gualdrón y José
Manuel González, el reverendo fraile Francisco de Andujar, procurador de las Misiones de los Capuchinos, el capitán
don Juan Gabriel Liendo, el teniente don Francisco Orellana. El capitán de Milicias
don Francisco de Paula Arteaga, el teniente de Milicias don Ignacio Bragado,
Pbro. Doctor Ignacio Ramón Briceño, el sacerdote José Rafael Díaz Viana, el doctor
Juan Nepomuceno Briceño Méndez y numerosos vecinos más.
Después de debatir largas horas se
acordó que se conformará una Junta Superior de Gobierno o Junta Provincial de
Conservación, que tendría como primer objeto la defensa de la patria, esta
Junta la conformarían 12 miembros merecedores de la confianza pública, pero que
antes fuesen elegidos 2 diputados por el gremio de pardos, a fin de que
participen en la elección de la
Junta.
Al cumplir con lo acordado y al filo
de la media noche se procedió a nombrar los doce representantes que
constituirían la Junta
Superior de Gobierno, cuando culminó la elección de los
citados representantes, eran ya las dos de la madrugada del día 6, por lo cual
decidieron suspender el acto hasta la mañana siguiente, a fin de poner en
ejercicio a los señores electos, llevar a cabo su juramentación, proceder a la
firma del acta de aquella histórica asamblea y ejecutar las acciones acordadas
por la Junta Superior.
Tal acontecimiento mantuvo en
vigilia a los barineses. Al anochecer de aquel 5 de mayo y amanecer del día 6
nació en Barinas un nuevo gobierno
conformado en su mayoría por el mantuanaje barinés, quienes eran los mismos que
formaban parte o hacían causa común con el gobierno colonial.
El 6 de mayo de 1810, hacen
200 años, se da inició al Cabildo abierto, como se había acordado en la
reunión anterior, en horas de la mañana se procedió a la toma de posesión y
designación de la mesa directiva de los cargos en el nuevo gobierno, después de
haber realizado la ceremonia de juramentación.
La Junta Superior de Gobierno quedó
conformada por los señores: don Pedro Briceño Pumar, don Diego López, don Pedro
Alcántara Espejo, capitán Juan Gabriel Liendo, doctor Cristóbal Mendoza, doctor
Ignacio Fernández Peña, don Miguel María del Pumar, don Domingo González, don
Manuel Antonio Pulido, don José Ignacio
del Pumar, marqués de las riberas de Bocono y Masparro; don Juan Ignacio
Briceño y don Manuel Bereciartu.
La mencionada Junta acordó remitir
un oficio al ilustre Cabildo de Caracas y a
las demás capitales de las otras Provincias, donde se les informará de
la trascendental resolución tomada por la Provincia de Barinas.
Después de haber realizado esta
síntesis cronológica sobre los hechos ocurridos en mayo de 1810, es necesario
hacer algunas observaciones al respecto.
1.- La historia, como toda ciencia
social es dinámica y objetiva, pero sujeta a quien la escribe o a la merced de
su intérprete.
2.- Ha sido escrita y divulgada
mayormente por sus propios actores y,
3.- Basándonos en la facultad que la
misma ciencia nos brinda, como es, comprender los hechos a nuestro libre modo
de saber y entender las cosas; pero respetando a los que difieren de nuestro
criterio y compartiendo la opinión de otros.
Por tal razón, considero que la
actitud asumida por los nobles y leales barineses de 1810, por la hoy llamada
oligarquía barinesa, es clara y sencilla de entender. El Movimiento Emancipador
estaba encabezado por los ricos y
mantuanos de Barinas, los cuales sólo pretendían separarse de España, en
busca de una autonomía política y comercial que les permitiera una directa y
mayor participación en el mercado mundial. Sencillamente los movía el interés
de adueñarse del poder político y económico.
Pero a
la vez hay que reconocer que estos señores, no vacilaron en dar todo por la
libertad de la patria, eran tiempos donde existía, el honor, la dignidad, la
palabra empeñada, la solidaridad entre las familias. Don Nicolás Antonio
Pulido, cuando se celebraba el Cabildo Abierto, le manifestó a sus amigos, “¿qué más quieren ustedes?” todo lo tienen,
y todo se
proponen perderlo, van a perderse y arruinar estos pueblos, por mi parte,
tendré que seguir la suerte común; y lo peor que voy a hacerlo con la intima
convicción de que vamos a un suicidio”. Don José Ignacio del Pumar, uno de
los hombres más ricos de la comarca, cuando en 1814, ya anciano se le pidió que
rectificara en su propósito de luchar por la libertad de la patria, no dudo en
mantener su palabra empeñada y entregar su vida. Muriendo en la cárcel de
Guanare.
El
mismo Libertador refiriéndose a los barineses en carta dirigida a Santander, en
1818, afirma “El legítimo barinés que
dice ser su amigo, lo es en toda época y en todas las circunstancias; y el que
dice ser enemigo, lo es sin doblegar, pero con nobleza, porque lo hace a
cara descubierta. El legítimo barinés
tampoco sabe pedir, pero si sabe dar con generosidad”. Esto confirma que los barineses lo dieron todo por la
felicidad de la patria, no vacilaron en entregar toda su fortuna y hasta su
vida para liberarse del dominio español.
En los
actuales momentos Venezuela vive tiempos de agites políticos, sociales y
económicos que nos exigen actuar con coraje y valentía, pero con la convicción,
dignidad y entereza que caracterizaron a esos hombres y mujeres que lucharon
por liberar nuestra patria de todo dominio extranjero. Imitándolos no vamos
mal.
Alberto Pérez Larrarte
Cronista Oficial de la Ciudad de Barinas
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