martes, 9 de abril de 2013

MEMORIAS DE DON FRANCESCO DE FILIPPO (y III)



MEMORIAS DE DON FRANCESCO DE FILIPPO
(y III)

Gratamente presentamos un extracto de lo que serán las memorias de don Francesco Antonio Defilippo Portanova, que próximamente se editara en un hermoso libro cargado de historias y anécdotas, cuyas páginas contribuirá con el enriquecimiento del patrimonio documental y bibliográfico de Barinas.(APL)



Luego nos organizamos para formar un club, el Italo Venezolano y el Deportivo Español, en casas alquiladas. Movimiento que cada quien hacía para motivar a su colonia.  Todas las semanas había  alguna festividad  o de los españoles, italianos o portugueses.
“Yo pienso que el creador de los ranchos de Caracas fue Larrazábal, ese señor compró mucha madera y la repartió para que fabricaran ranchos. Después vino Rómulo Betancourt, quiso hacer una reforma agraria, con los canales  de riego que se habían quedado  por la mitad durante  en el gobierno de Pérez Jiménez, Al menos aprovecharon algo de la infraestructura ya hecha, por si no lo saben,  a finales de los años cincuenta se hicieron los túneles para la represa del río Masparro y los canales de riego  del  río Santo Domingo y del río Boconó.”
“Muchos comerciantes y personas honorables de aquel tiempo eran masones. Sentí curiosidad por pertenecer a esa logia, ya que tenía amigos  masones. Quienes me presentaron fueron, don Enrique  Quiñones y Giuseppe Ciferri, (Pepe) De esa logia de entonces, (1964-1965 aproximadamente) recuerdo con cariño y gratitud entre otros a Flavio Velásquez. Otros hermanos de la época fueron  Simón Madrid, ecónomo del Hospital Razzeti y gran jugador de dominó, Jesús Castillo, vinculado a la empresa Sinclair, al igual de Jaime Duerto, Jesús María Acosta, Enrique Quiñones hijo, José Mago Navarrete, René Yuanó, joyero francés, Fares El Arawi, comerciante de origen árabe y otros más. Había un grupo de paisanos italianos, honestos trabajadores, cada uno en su ramo, como  el Dr, Francesco D·Alessandro, quien para ese momento era el Agente Consolare D·Italia en Barinas y copropietario del Aserradero DALGAD, que quedaba donde hoy es Autollanos, en la avenida Cuatricentenaria,  entonces carretera nacional. Francesco Silveri, mecánico y Vinccenzo Rizza, carpintero y otros muchos, venezolanos y extranjeros, que se me escapan de la memoria,
“Me casé con Lourdes el 2 de julio de 1967, la fiesta fue en el Hotel Llano Alto, con toda la pompa que  se estilaba en esos días, para personas como yo que podían darse ese lujo. Había un gran buffet  con mucha comida, un arbolito de camarones, ensaladas y quesos de varios tipos, canapés, dulces etc, la típica torta de novios, con  mesoneros con sus gorros altos, champaña, whisky, muy bonita la fiesta.  



Debo  mencionar  aquí  a  otros  paisanos agricultores,  que  contribuyeron  a  la  economía   de  Barinas. En  primer  lugar  Miguel  Silvestre,  que  es uno de los pocos que se dedicó  a  la agricultura, ese señor ha producido muchos millones de kilos de arroz, de maíz, trabajó en la  trilladora de arroz que había montado Bacciqueli, Su familia y sus hijos han seguido la trayectoria de su padre.
Este país con las condiciones climáticas, Suelos fértiles, costas inmensas en el mar Caribe,  agua en todas partes, el estado Barinas   tiene 27 ríos  y no hay agua  en el acueducto. Con todos esos recursos Venezuela  debería ser un país exportador de carne como Brasil, y de otros rubros agrícolas como el arroz que ahora lo importamos.
Ahora no podemos ir a la finca como antes por los secuestros y por los extorsionadores e invasores de oficio. Con todo esto, el 98% de los ganaderos del país seguimos trabajando cada día con más entusiasmo, porque cada uno de nosotros luchamos para la protección de la familia, yo tengo 4 hijos, una esposa y ocho nietos. Todo ese esfuerzo que he hecho en 60 años en Venezuela, es para que mi familia no duerma en el piso, sobre una colchoneta, como me tocó a mí, a mis hermanos y a todos los que vinimos a  ayudar a construir este país  a principios de los años 50.
Soy un inmigrante que vino invitado, podría decirse, a construir un país. Venezuela tenía pocos habitantes y un gran territorio que construir y cultivar. Veníamos de una guerra y necesitábamos trabajo, el país necesitaba  mano de obra para emprender grandes proyectos.
Nuestro esfuerzo valió la pena, porque obtuvimos seguridad personal y familiar y a cambio ayudamos en el crecimiento de una Venezuela moderna.
Estas memorias las hago con la aspiración que sirva de guía para mis hijos, familiares, amigos y para todos aquellos que quieran contribuir con el crecimiento y desarrollo de esta buena tierra que me acogió como un hijo. También, deseo entregar el producto de esta edición a la Escuela Agronómica Salesiana, para seguir contribuyendo con ella, por ser una de las mejores y muy necesarias instituciones de formación que requiere el país.
           Amigos venezolanos, amigos barineses, la vida hay que ganársela. Yo creo que me la gané, en estas memorias está  mi recompensa.







1 comentario:

  1. quiero sabes que paso con los masones en barinas y que paso con el templo

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