MEMORIAS DE DON
FRANCESCO DE FILIPPO (II)
Gratamente
presentamos un extracto de lo que serán las memorias de don Francesco Antonio
Defilippo Portanova, que próximamente se editara en un hermoso libro cargado de
historias y anécdotas, cuyas páginas contribuirá con el enriquecimiento del
patrimonio documental y bibliográfico de Barinas.(APL)
Ya los italianos habían comenzado a ser fabricantes de algo; recuerdo el Café El
Loro y el Café Sublime que eran de
italianos, luego la heladería Principal que estaba cerca del cine, en la
esquina que luego sería el colegio de
las monjas, frente a don Juan Chejín”.
Para entonces la colonia italiana había crecido
mucho, habían barberías, restaurantes, zapaterías, sastrerías, ventas de
repuestos, carros y muchas oportunidades que se iban presentando. Los hermanos
y primos que habían quedado en Italia, fueron viniendo. Mi tío vio que iba muy
rápido y me propuso que entre los dos financiáramos a los que iban llegando, abriendo talleres en otros pueblos; así montamos
talleres de bicicletas en Acarigua, Cumaná,
El Tigre, Barquisimeto y San Fernando de Apure.
. En aquella época Barinas era un pueblo, la
plaza Bolívar no tenía cerca y por las noches venía el ganado a pastar en la
misma plaza.
Frente
a lo que es hoy al Grupo Guárico, estaba la pesa, a finales de los años sesenta construyeron la Logia Masónica.
La Banda
del Estado tocaba la retreta tres veces
a la semana. En los primeros 20 años de vivir en Barinas, nunca escuché de
asesinatos, ni robos, todo era sano y tranquilo, una vez que te conocían, la
gente te saludaba con mucho respeto.
“Ya la colonia se organizaba, comenzamos
construyendo un polígono de tiro donde es hoy PDVSA, (antes,
Soconi, luego la Mobil, luego Corpoven, ahora Petroleos de Venezuela) bien lejos de la ciudad hasta que la empresa petrolera nos sacó, luego lo mudamos al Charal donde aún
está.
Además del deporte de Tiro, jugábamos fútbol,
organizábamos carreras de bicicletas, hicimos una pista de carting
(se decía carritos go-kart ) cerca del parque La Federación y ya en los años sesenta teníamos
motocicletas.
La colonia italiana fundó el Deportivo Italia,
equipo de fútbol, con buenos jugadores entre ellos Giuseppe Gherardi, quien
había jugado en Italia en II División, el equipo era bueno, una cancha muy
rudimentaria, luego se organizó un equipo de ciclismo.
“La
afición por el fútbol había crecido, el
señor Lindolfo Villafañe, joven barinés,
fundó el
Atlético Zamora de segunda división, un equipo con los mejores jugadores de la zona y un
buen entrenador, ya podían entrenar y
jugar en el estadio La Carolina, al principio fue bien; pero luego no tuvo
suficientes recursos. Entonces varios italianos y españoles nos asociamos y se
nombró una nueva junta directiva, entre otros recuerdo a: Miguel Silvestri,
Eladio Rúa, Pedro Mosqueda, Nuncio Vertucci, Pedro Castillo, Albornóz, el primo
Francisco De Filippo y yo. Me aficioné mucho y gasté mucho dinero, un disparate
para la época. Teníamos autobús y éramos sub-sede. Esta etapa duró hasta que
quedamos campeones.
Cuando yo llegué a Barinas, lo que había eran
bodegas, muy poco comercio. Ahora habían llegado compañías americanas, el
aeropuerto era en Alto Barinas, por donde está el golfito ahora. Este
crecimiento de la ciudad permitió el nacimiento de buenos abastos, uno de los
más importantes fue el de Balestrini, se construían edificios y el Concejo
Municipal vendía los terrenos muy baratos para que se construyera, yo compré
algunos y luego lo vendí a Bugallo.
En Barinas teníamos abastos, calles asfaltadas,
se formó un pueblo con carros, pequeñas clínicas, hoteles, autobuses, dos o
tres italianos tenían camiones que viajaban a traer pedidos y luego repartían a
cada quien su mercancía.
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