martes, 9 de abril de 2013

PALABRAS POR LA MEMORIA DE TRINO MÈNDEZ FIGUEREDO



PALABRAS POR LA MEMORIA DE
TRINO MÈNDEZ FIGUEREDO

En memoria de la importancia de este acto y de la personalidad de Trino, y como testimonio del desarrollo de la historia y por la amistad con Trino; Alberto va a pronunciar unas breves y sencillas  palabras.
Honestamente, aunque yo le solicite, a sabiendas que esté, es un acto muy intimo como ustedes lo definieron; pero yo rompí ese protocolo, por el gesto amoroso que tuvo Alberto y por su siempre consideración con Trino y por la relación personal y familiar que siempre los unió. 






Doctor Jesús Garrido Pérez

Como podemos notar, Barinas llora la ausencia de Trino con el caer de esta lluvia; la de uno de sus hijos más preclaros, diáfanos y dignos que ha parido está tierra barinesa.
He estado muy ligado familiarmente a Trino como lo dije en artículo anterior, que escribiera para resaltar su memoria. Ustedes conocen la cercanía que ha existido entre ambas familias y en sus últimos años, tuvimos la oportunidad de consolidar esa cercanía, la oportunidad de compartir mucho, cuando me correspondió dirigir el museo de Barinas Alberto Arvelo Torrealba, siendo Trino uno de los principales protagonistas de las actividades que se realizaron en mi gestión, siendo un entusiasta colaborador de toda esas actividades; es más fue el orador de orden seleccionado para hablar en nombre de todos los soubletteros, teniendo el honor de hablar en nombre de los egresados de la Escuela Federal Graduada Soublette, la recordada escuela que formó a esa gama de barineses que hoy brillan por su intelectualidad y formación.
Trino, no quería hablar, porque como ustedes conocen él era reacio a ese tipo de cosas; pero por la confianza de nuestra cercanía, me sentía con el derecho de animarlo y decirle, Trino no hay remedio te corresponde dar las palabras y así fue. Improvisando unas palabras que describían las vivencias de esa escuela, que como lo digo yo, esa escuela formó hombres dignos y excelentes ciudadanos y Trino era uno de ellos.
Trino, se distinguió más que todo por el valor al respeto y la amistad. Fue, a pesar de haber sido criado bajo el calor de un hogar de los llamados representantes de la godarria barinesa, como se les decía y aún se les endilga en la actualidad. Trino, se le conoció y admira por su convicción de criterios, por su profunda vocación libertaria, fue un verdadero revolucionario, se despinto de pacotilla, no se valió de un discurso, se destacó siempre por su verticalidad en su conducta, en su claridad de criterios.




Hay algo que a pesar que algunas personas que le observaban como un ser inalcanzable, difícil de acercársele. Recuerdo que él decía: no es mi culpa, es que yo a veces no veo; por lo que él pasaba y la gente lo veía con semblante muy serio, por lo que aquellas personas, más que todo jóvenes, que se acercaban al museo de Barinas Alberto Arvelo Torrealba, veían en él, en el primer momento una distancia inalcanzable; pero cuando entablaban conversación, al poco tiempo uno los veía, allí al frente y hasta en la acera compartiendo, ya sea tomándose un trago o conversando de tantas cosas.
En mi labor de cronista, Trino fue uno de mis principales colaboradores, informándome, orientándome y diciéndome lo que debía hacer.
No olvidó nunca aquella solidaridad que había entre ambas familias, recordando en cada conversa a su compadre Rafael Domingo Larrarte o a su compadre José Esteban Ruiz-Guevara, él era ese ser que sentía un alto valor por el afecto y la amistad.
Bueno, quiero expresar las sentidas palabras de condolencias y el dolor que embarga a Virgilio. Virgilio  Zapata, quien se encuentra convaleciente en Guanare, al enterarse de la muerte de Trino, lloró su ausencia, en la cama donde se encuentra enfermo.
Pueden ver, ese era Trino, quien supo ganar afectos y creo que con este sencillo; pero sentido y significativo acto, muy intimo, no le estamos diciendo adiós, sino un hasta luego, porque ahora vamos a recordar a ese Trino, sencillo y sonriente, a ese ser vertical que compartió con nosotros.
También creo que este es un homenaje que le vamos a hacer y le seguiremos haciendo, para que perdure su ejemplo. Y en el libro que publicamos de la Escuela Federal Graduada Soublette, allí hay parte de las palabras de Trino, por cuanto este libro fue realizado para dejar testimonio y constancia de esa vivencia que se dio en Barinas en los años cuarenta y que en el museo tuvimos la oportunidad de reunir a más de sesenta soubleteros, egresados de la escuela Soublette, y recuerdo lo que decía Trino, estuvimos reunidos sopotocientos años juntos y recordaba ese fraterno abrazo que se dieron muchos, después de tantos años sin verse. 
Bueno, todas esas cosas las celebraba Trino, él era un amante de todo eso; era un cronista oficioso por excelencia de Barinas, recuerdo el mapa de la ciudad de Barinas de los años cuarenta, que nos llevo. Allá debe estar en el museo.
A pesar de su dificultad en la vista, él con emoción nos iba señalando y uno iba viendo y nosotros tratando de armar aquello que él nos señalaba de las viejas casas barinesas.
Trino, fue un orientador, un maestro y un verdadero amigo, que tuvimos la honra de conocer.
Para finalizar les pido que me hagan llegar esas hermosas palabras* que acaban de leer para publicarlas en la página que tengo en La noticia de Barinas, para que sus amigos tengan un recuerdo más de Trino.
Mil gracias…





·        Publicadas el domingo anterior en esta página. 
Palabras, expresadas a orillas del río Santo Domingo, el sábado 9 de julio de 2011, en el acto de esparcimiento de las cenizas de don Trino Méndez Figueredo.

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